MICHAEL WARSCHAWSKI
"Ahora os toca a vosotros pasar miedo”.
Así me decía hace unos días una
joven estudiante palestina de la Universidad de Belén, añadiendo: “Si
fuera más valiente, yo también atacaría a un colono o a un soldado,
pero soy demasiado miedosa para estar dispuesta a morir”… /1
Los ataques espontáneos con arma blanca, cuchillo de cocina o
destornillador, crean un efecto de emulación, a pesar de que se han
convertido en operaciones suicidas: Netanyahu ha dado la orden de
disparar a matar contra cualquiera que ataque a un israelí. Convocando
a los ciudadanos a salir armados, y a utilizar sus armas sin dudar,
Netanyahu quiere dar la impresión de que tiene una respuesta a este
nuevo tipo de ataques, pero los resultados no abogan a su favor.
Tanto en Cisjordania, como en Jerusalén o incluso en el territorio
israelí, los atentados prosiguen y las fuerzas de seguridad no pueden
hacer nada, ya que los jóvenes, incluso los muy jóvenes que atacan a
la gente que pasa no están dirigidos por ninguna organización. El
ataque puede venir en cualquier momento y de cualquier parte.
Discursos amenazadores, actores represivos
Las consignas del gobierno han creado un auténtico Far West. Todo el
mundo dispara sobre todo el mundo: ya ha habido policías que han
disparado contra otros policías, algunos paseantes israelíes han sido
heridos por balas perdidas, un emigrante eritreo ha sido linchado
hasta la muerte porque unos paseantes le habían tomado por un árabe…Y
la lista se alarga cada día.
El miedo del que hablaba esta estudiante es tangible: por la noche,
las calles están vacías, los centros comerciales, desiertos, incluso
en Tel Aviv que sin embargo está alejada de la línea de fuego e
incluso a plena luz del día las tiendas del gran mercado de Mahame
Yehouda en Jerusalén no venden lo necesario para subsistir.
Para dar la impresión de que controla la situación, el Primer Ministro
no para de pronunciar discursos amenazadores y de prometer una nueva
serie de medidas represivas. Por el momento, no ha logrado más que
separar Jerusalén Oeste de los barrios palestinos de Jerusalén Este
por muros y bloques de cemento, lo que es más bien irónico para quien
ha hecho su campaña electoral acusando a sus adversarios… ¡de querer
dividir Jerusalén! En realidad, Netanyahu se ha visto obligado a
imponer una vuelta al statu quo sobre la Explanada de las Mezquitas y
a reforzar el papel de Jordania en el lugar, más allá incluso de lo
que se había acordado entre el Rey Hussein y Moshe Dayan en 1967, el
célebre “statu quo”.
Entre las medidas represivas, se debe mencionar también la amenaza de
retirar el permiso de residencia a decenas de miles de palestinos de
Jerusalén Este que viven en los suburbios de la ciudad.
Una minoría movilizada por la solidaridad
La extrema derecha en el gobierno se aprovecha de la situación para
hacer nuevas propuestas y redactar nuevos proyectos de ley
liberticidas, en particular contra la minoría palestina y sus partidos
políticos. Una vez más la diputada Haneen Zoabi está en el punto de
mira. La viceministra de Asuntos Exteriores Tzipi Hotovely ha decidido
recorrer el mundo para recordar que no hay palestinos y que Dios dio
Palestina al pueblo judío y solo a él…
Las medidas represivas tienen el apoyo de la gran mayoría de la
población israelí, con la oposición del centro-izquierda (“el Campo
sionista”) exigiendo más aún y criticando al gobierno de no ser
suficientemente firme. Un centenar de muertos palestinos en un mes, no
parece que sea suficiente para Yitzhak Herzog…
Aunque haya habido manifestaciones que llamaban al gobierno a más
moderación, la mayoría de lo que era, hace aún 15 años, el “movimiento
por la paz” prefiere gastar su energía celebrando en masa el vigésimo
aniversario del asesinato de Yitzhak Rabin… Esto en vez de sumarse a
las movilizaciones combativas de la minoría palestina de Israel que,
gracias a la unidad construida durante la última campaña electoral,
multiplica las acciones de solidaridad con sus hermanos y hermanas de
Cisjordania.
http://www.npa2009.org/actualite/international/israel-la-population-peur-mais-soutient-la-repression
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