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viernes, 18 de diciembre de 2015

Stars Wars Vs Star Trek (Judeografía)




Todo mundo sabe que Hollywood es una industria con gran presencia judía, pero cuando se trata de fenómenos de la ciencia ficción cinematográfica no está de mas reflexionar en dónde se ubicarían los personajes de La Guerra de las Galaxias y Viaje a las Estrellas si tuvieran que decidir sobre el conflicto palestino israelí en el Siglo XXI.

Sin duda Benjamin Netanyahu y lo que su ideología representa, estarían detrás del Imperio del Mal. 

De Viaje a las estrellas, no cabe duda, su creador Gene Roddenberry, como Carl Sagan, ambos judíos, siempre creyeron en la armonía de todas las razas, sin importar colores o religiones. Sobre todo esto último, que es la causa de los mayores odios y el mayor número de asesinatos en el Siglo XXI.

Esta judeografía fue publicada originalmente en Forward, diario virtual de los judíos progresistas en norteamérica.

martes, 10 de noviembre de 2015

"Ahora os toca a vosotros pasar miedo”. Palestina a ocupantes



MICHAEL WARSCHAWSKI


"Ahora os toca a vosotros pasar miedo”.



 Así me decía hace unos días una
joven estudiante palestina de la Universidad de Belén, añadiendo: “Si
fuera más valiente, yo también atacaría a un colono o a un soldado,
pero soy demasiado miedosa para estar dispuesta a morir”… /1

Los ataques espontáneos con arma blanca, cuchillo de cocina o
destornillador, crean un efecto de emulación, a pesar de que se han
convertido en operaciones suicidas: Netanyahu ha dado la orden de
disparar a matar contra cualquiera que ataque a un israelí. Convocando
a los ciudadanos a salir armados, y a utilizar sus armas sin dudar,
Netanyahu quiere dar la impresión de que tiene una respuesta a este
nuevo tipo de ataques, pero los resultados no abogan a su favor.

Tanto en Cisjordania, como en Jerusalén o incluso en el territorio
israelí, los atentados prosiguen y las fuerzas de seguridad no pueden
hacer nada, ya que los jóvenes, incluso los muy jóvenes que atacan a
la gente que pasa no están dirigidos por ninguna organización. El
ataque puede venir en cualquier momento y de cualquier parte.

Discursos amenazadores, actores represivos

Las consignas del gobierno han creado un auténtico Far West. Todo el
mundo dispara sobre todo el mundo: ya ha habido policías que han
disparado contra otros policías, algunos paseantes israelíes han sido
heridos por balas perdidas, un emigrante eritreo ha sido linchado
hasta la muerte porque unos paseantes le habían tomado por un árabe…Y
la lista se alarga cada día.

El miedo del que hablaba esta estudiante es tangible: por la noche,
las calles están vacías, los centros comerciales, desiertos, incluso
en Tel Aviv que sin embargo está alejada de la línea de fuego e
incluso a plena luz del día las tiendas del gran mercado de Mahame
Yehouda en Jerusalén no venden lo necesario para subsistir.

Para dar la impresión de que controla la situación, el Primer Ministro
no para de pronunciar discursos amenazadores y de prometer una nueva
serie de medidas represivas. Por el momento, no ha logrado más que
separar Jerusalén Oeste de los barrios palestinos de Jerusalén Este
por muros y bloques de cemento, lo que es más bien irónico para quien
ha hecho su campaña electoral acusando a sus adversarios… ¡de querer
dividir Jerusalén! En realidad, Netanyahu se ha visto obligado a
imponer una vuelta al statu quo sobre la Explanada de las Mezquitas y
a reforzar el papel de Jordania en el lugar, más allá incluso de lo
que se había acordado entre el Rey Hussein y Moshe Dayan en 1967, el
célebre “statu quo”.

Entre las medidas represivas, se debe mencionar también la amenaza de
retirar el permiso de residencia a decenas de miles de palestinos de
Jerusalén Este que viven en los suburbios de la ciudad.

Una minoría movilizada por la solidaridad

La extrema derecha en el gobierno se aprovecha de la situación para
hacer nuevas propuestas y redactar nuevos proyectos de ley
liberticidas, en particular contra la minoría palestina y sus partidos
políticos. Una vez más la diputada Haneen Zoabi está en el punto de
mira. La viceministra de Asuntos Exteriores Tzipi Hotovely ha decidido
recorrer el mundo para recordar que no hay palestinos y que Dios dio
Palestina al pueblo judío y solo a él…

Las medidas represivas tienen el apoyo de la gran mayoría de la
población israelí, con la oposición del centro-izquierda (“el Campo
sionista”) exigiendo más aún y criticando al gobierno de no ser
suficientemente firme. Un centenar de muertos palestinos en un mes, no
parece que sea suficiente para Yitzhak Herzog…

Aunque haya habido manifestaciones que llamaban al gobierno a más
moderación, la mayoría de lo que era, hace aún 15 años, el “movimiento
por la paz” prefiere gastar su energía celebrando en masa el vigésimo
aniversario del asesinato de Yitzhak Rabin… Esto en vez de sumarse a
las movilizaciones combativas de la minoría palestina de Israel que,
gracias a la unidad construida durante la última campaña electoral,
multiplica las acciones de solidaridad con sus hermanos y hermanas de
Cisjordania.

http://www.npa2009.org/actualite/international/israel-la-population-peur-mais-soutient-la-repression

domingo, 8 de noviembre de 2015

Netanyahu rompe la marca mundial del cinismo


 Maciek Wisniewski


Parecía difícil que Benjamin Netanyahu, el primer ministro israelí,
batiera su propio record de chutzpah (descaro, en hebreo y yidish; en  polaco: hucpa), una nefasta faceta personal –y estilo de hacer
política– en cuya crítica se especializa el viejo Uri Avnery (véase: A  world record for chutzpah, en Counterpunch, 16-18/8/13).

Pero lo logró. Y no sólo eso. Con un par de frases llevó también todo
el debate en torno al conflicto judío-árabe –incluso su entendimiento–
a otro nivel de demencia (y vaya, ya ha hecho mucho).

Pero... ¡qué frases! Los guionistas de Hollywood se morirán de
envidia. Los historiadores en todo el mundo, que por décadas –y sin
éxito– han tratado de ubicar el momento exacto en que Hitler oprimió
el botón de la solución final, querrán cambiar de profesión.

En la historia según Netanyahu todo ocurrió entre las 4:30 y las 5:45
de la tarde del 28 noviembre de 1941 en Berlín, durante el encuentro
entre el Führer y Haj Amin al-Husseini, el muftí de Jerusalén
(1921-1937) y líder nacional palestino. Según él, hasta aquel entonces
Hitler no quería exterminar a los judíos, sino expulsarlos (¡sic!),
pero el muftí lo hizo cambiar de idea (¡sic!):

–Si expulsa a los judíos, todos ellos vendrán aquí [a Palestina].

–Entonces, ¿qué debo hacer con ellos? –pregunta Hitler.

–Quemarlos –responde al-Husseini.

¡Uno de los grandes misterios de la historia resuelto en 20 segundos!
Sólo que... todo este diálogo es totalmente apócrifo, no está en los
documentos de la época (véase: What really happened when muftí met
Hitler, en Haaretz, 22/10/15) ni en ningún otro lugar, salvo la
imaginación de Netanyahu.

Dina Porat (Yad Vashem): es un completo disparate; Moshe Zimmerman
(Universidad Hebrea): es algo al borde del negacionismo; Tom Segev
(autor de Seventh million, sobre usos y abusos del Holocausto): es un
cuentito inoportuno.

Quizás sería algo sólo para reír, una buena escena en una comedia
sobre el Holocausto (¿con Bruno Ganz como Hitler y Roberto Benigni
como muftí?), si no fuera por el momento y contexto.

El desafortunado muftí al-Husseini que, exiliado en Europa,
oponiéndose al colonialismo británico y buscando garantías para la
Palestina independiente se alió con los nazis –pero nunca fue nada más
que un peón en su propaganda–, hizo su reaparición de las tinieblas de
la historia (¡con diálogo y todo!) en un ferviente discurso que
Netanyahu dio ante el Congreso Mundial Sionista en Jerusalén (video:
Haaretz, 21/10/15), celebrado en medio de una nueva ola de
enfrentamientos palestino-israelíes (con Jerusalén y la mezquita Al
Aqsa como centro).

El mismo día, fuerzas israelíes abatieron a cinco palestinos en
territorios ocupados y fue asesinado un colono israelí. En un mes
murieron más de 50 palestinos y unos 10 israelíes (la mayoría acuchillados).

Mencionar al muftí –instigador de los ataques a judíos en los años 20
(verdad) e instigador del Holocausto (mentira)– tenía dos propósitos:

1) aparentar que el motivo detrás de la actual revuelta palestina no
es el peso de la ocupación y el colonialismo, sino el viejo odio y
antisemitismo genocida (¡sic!) que se remonta incluso a la época pre
Israel, 2) y completar el paso de estafeta de miedo: después de que el
acuerdo nuclear con Irán le quitó a Netanyahu su principal arma
política –la bomba iraní bautizada por él como segundo Holocausto
(¡sic!)–, se pasó a tiradores de piedras (amenazados con 20 años de
cárcel), al terror de los cuchillos y finalmente a
“palestinos-artífices de la ‘solución final’” (¡sic!).

Nada nuevo bajo el sol.


La reciente chutzpah de Netanyahu es sólo otro caso de la vieja
operación que Idith Zertal llamó la nazificación de los palestinos
(véase: “Israel’s Holocaust and the politics of nationhood”, 2005) que
consiste en:

• La identificación de los palestinos desplazados por la creación de
Israel (1948) con el Holocausto mediante su transformación en amenaza
existencial, su deshumanización y demonización (reforzando la idea de
victimización judía y de Israel-país en estado de emergencia permanente).

• El desplazamiento temporal y espacial de amenaza nazi a los
palestinos y a Medio Oriente para justificar su desalojo y otras
prácticas coloniales (sobre todo después de la guerra de 1967).

• La normalización y legitimación del expansionismo provisto de un
argumento moral (los 6 millones...) y visto como medida preventiva
contra el nuevo Auschwitz.

Por si fuera poco, los palestinos también caen víctimas de una
transferencia del trauma.

Bien anota en este contexto David Hearst: con el paso del tiempo y las
nuevas generaciones, la rabia post Holocausto en Israel –igual que el
miedo un objeto de manipulación– crece y muta, pero su objetivo ya no
son los que realmente mataban: los alemanes, ucranios, letones o
polacos, sino... los palestinos (MEE, 21/10/15).

En la mayoría, las marchas de veteranos de las SS en Riga o marchas
con antorchas de neonazis ucranios y veteranos de OUN/UPA
corresponsables por la masacre de 34 mil judíos en Babi Yar en
septiembre de 1941, en la primera fase de la solución final (antes del
encuentro muftí-Hitler y sin que haga falta su incitación...), ya no
evocan la imagen del exterminio tanto como lo hacen las marchas de Hamas.

En fin: la sola idea de que Hitler era un antisemita despistado que
necesitaba preguntarle a al-Husseini qué hacer con los judíos es
absurda (y ahistórica).

Uri Avnery: “Hitler trataba su antisemitismo en serio y lo aplicaba a
todos los semitas. También detestaba a los árabes. Contrariamente a la
leyenda, sentía aversión al muftí… lo recibió una vez para la foto
pedida por la propaganda y no quiso verlo de nuevo”.

También contrariamente a la leyenda (propaganda sionista), en la
historia del mundo árabe no hubo casos de odio y persecuciones como
los de Europa culminados con la Shoah; al contrario: lo que hubo fue
–en general– entendimiento y coexistencia (The fallacy of rising
anti-semitism, en Counterpunch, 20-22/2/15).

Ayer el Holocausto fue una gran hecatombe; hoy, según Norman
Finkelstein (Why is Netanyahu trying to rewrite history?, en Al
Jazeera, 22/10/15), ya es sólo una shmata (trapo en yidish, del polaco
szmata) para todos los usos políticos del momento.

¿Qué es –desde el punto de vista histórico– lo más chocante en la
versión apócrifa del encuentro entre el gran muftí de Jerusalén Haj
Amin al-Husseini y Adolf Hitler (28/11/41) ofrecida por Benjamin
Netanyahu (véase: La Jornada, 30/10/15)?:

a) Blanquear a Hitler (“que sólo quería expulsar los judíos pero el
muftí le dijo de ‘quemarlos’”).

b) Absolver a los alemanes (que no eran tan malos ya que el Holocausto
fue incitado por los viles árabes).

c) Borrar a Europa del camino a Auschwitz (aparentando que la idea
vino de afuera y no existía hasta noviembre de 1941).

Todo: a), b) y c). Imagínense: ¡el primer ministro israelí dándoles la
mano a los negacionistas! Pero lo último resulta quizás más
perturbador. Piénsenlo: ¡como todos andaban (andábamos) equivocados!

Zygmunt Bauman, que analizó el Holocausto como producto de síntesis
única de varias tendencias de la modernidad europea ( La modernidad y
el Holocausto, 1989). Enzo Traverso, que estudió cómo la continuidad
histórica de la Europa liberal –desde la guillotina y la fábrica
capitalista, hasta las matanzas coloniales y la Primera Guerra Mundial
(sin olvidar el bien enraizado antisemitismo)– formó el universo
social y mental en que se engendró la solución final ( La violencia
nazi: una genealogía europea, 2002). Varios historiadores que
rastrearon la puesta en marcha de la máquina de la muerte hasta
mayo/junio de 1941, concluyendo que fue la fusión del antisemitismo
biológico nazi con las condiciones de guerra y estableciendo una línea
desde Mein kampf de Hitler (1929), su discurso sobre la destrucción de
la raza judía (enero de 1939), el Holocausto por balas: matanzas a
cargo de unidades móviles/ Einsatzgruppen (y sus ayudantes ucranios,
letones o lituanos), los primeros experimentos con cámaras de gas
(septiembre de 1941), hasta la operación Reinhard y la construcción de
campos de exterminio en Polonia (octubre de 1941). Incluso Raul
Hilberg, el más grande historiador del Holocausto, que en su opus
magnum de tres tomos le dedicó al muftí apenas... un pasaje ( La
destrucción de los judíos europeos, 1961).

¡Y ahora resulta que fue por la incitación palestina! Bueno: eso
quisiera Netanyahu.

Aunque Yad Vashem rechazó sus revelaciones, su propio modo de enseñar
historia no está lejos: la entrada sobre al-Husseini en su
Enciclopedia del Holocausto es dos veces más larga que la de Goebbels,
más larga que la de Himmler y Heydrich juntas y sólo un poco más chica
que la de Hitler. ¿ Cui bono?

Quisiera proponer una fórmula: si no se sabe de qué se trata, se trata
de la propaganda sionista.

Gilbert Achcar: manipular la figura del muftí sirvió ayer para hablar
de la corresponsabilidad palestina por la Shoah y justificar la
creación de Israel en su tierra ( The arabs and the Holocaust: the
arab-israeli war of narratives, 2010).

Joseph Massad: pintar al muftí como el partícipe del Holocausto sirve
hoy para presentar la resistencia palestina no como un proyecto
anticolonial, sino una reacción antisemita ( The persistence of the
palestinian question, 2006).

En esto andaba Netanyahu: pintando los últimos ataques palestinos no
como una reacción al colonialismo, sino viejo afán judeicida. Y cuando
se le acabó la pintura, dijo que lo que dijo... no era del todo cierto. ¡Uff!

Primero se retractó a medias (no quise blanquear a Hitler, pero
tampoco hay que disminuir el papel del muftí en el exterminio (¡sic!),
The Guardian, 21/10/15), luego casi del todo (“no quise crear la
impresión que fue él quien ideó la ‘solución final’, lo hicieron los
nazis sin influencia externa en junio de 1941”, The New York Times, 30/10/15).

Sólo que una vez nazificados los palestinos, cuando la foto de
al-Husseini con Hitler, el único propósito y producto de su reunión,
ya dio la vuelta al mundo, mandó otro mensaje: Este es el padre de la
nación palestina.

Uri Avnery: “Es ridículo bautizar al muftí como el ‘padre de la
nación’. En todos mis cientos de encuentros con los palestinos, desde
Arafat para abajo, jamás escuché una buena palabra de él (...) lo
describían como ‘patriota’, pero igual una persona de horizontes
estrechos (...) culpable por el desastre de 1948”, ( Counterpunch, 30/10/15).

Tampoco retiró su aseveración que al-Husseini fue juzgado en
Nuremberg. No. No fue juzgado. Ni allí, ni en ninguna otra instancia.
Tal vez debería.

Sirvió a los nazis con mensajes radiales dirigidos a los musulmanes en
la URSS. Ayudó a reclutar a los musulmanes bosnios para la 13 división
de las SS que luchaba contra los partisanos de Tito (y no estaba
involucrada en ningunas acciones antijudías). Una vez bloqueó un
transporte de Cruz Roja a Palestina con niños húngaros-judíos que
sabía que irían a Auschwitz, pero no fue artífice del Holocausto (los
alegatos de un ayudante de Eichmann que lo implicaba en su planeación
–y de dónde viene también la acusación– fueron rechazados por
historiadores como Yehuda Bauer por poco creíbles).

Al final murió tranquilamente en Beirut en 1974 y nadie se interesó
por él. Ni siquiera los propios israelíes que lo tenían al lado y que
sí se molestaron 10 años antes por el mencionado Eichmann hasta la
lejana Argentina.

En sus memorias, Abu Iyad, alto dirigente palestino, anota que unos
años antes de 1974 lo confrontó por su acercamiento a Hitler, error,
que condenamos inequívocamente ( My home, my land: a narrative of the
palestinian struggle, 1981).

Los disparates de Netanyahu, aunque productos de otro contexto, se
insertan en la oleada del revisionismo histórico derechista rampante
en Europa, agudizado por el conflicto en Ucrania y orientado a
rescribir la historia de la Segunda Guerra Mundial.

Al final, lo del revisionismo lo tiene en las venas: su padre (de
hecho: un historiador...) fue secretario de Vladimir Ze’ev Jabotinsky,
fundador del sionismo-revisionista inspirado por el fascismo italiano,
que apelaba por una postura más dura frente a los árabes.

Desde su fundación, Israel pasó por varias guerras (como la de 1967,
que lo volvió un régimen colonial), pero la historia de la Segunda
Guerra Mundial –y su manipulación– sigue siendo clave en la estrategia
de demonizar y justificar el despojo de los palestinos.

* Periodista polaco

Maciek Wisniewski*

viernes, 30 de octubre de 2015

¿Exculpó Benjamín Netanyahu a Hitler del Holocausto?.


Transcripción de artículo publicado en Hispan TV

Sionismo, el verdadero aliado de Hitler



Las incendiarias declaraciones del primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu exculpan a Adolfo Hitler del genocidio.
El primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu tal vez desconozca que bajo la legislación europea relativa al revisionismo histórico en materia del Holocausto judío, sus incendiarias declaraciones exculpando a Adolfo Hitler del genocidio, pudieran ser constitutivos de delito al alinearse claramente con los más radicales revisionistas que al igual que él entienden que el Führer tan sólo pretendía expulsar a los judíos de Europa Central.
Sus absurdas declaraciones inculpando al Mufti de Jerusalén Haj Amin al-Husseini, de ser el verdadero responsable intelectual del Holocausto judío al incitar (según él) a Adolfo Hitler a adoptar la “Solución Final” contra los judíos, son absolutamente falsas y totalmente carentes de rigor histórico.
En el encuentro mantenido por el clérigo palestino y Hitler el 28 de noviembre de 1941 en Berlín, es claramente apreciable el interés del Fürher en su compromiso para combatir a la judería mundial, en tanto que el Mufti al-Husseini tan sólo expresa su preocupación por los intereses árabes en general y en el palestino en particular. En ningún momento al-Husseini (como se desprende de la transcripción oficial de dicho encuentro), hace mención alguna durante toda la conversación a la “quema de judíos” como intencionalmente ha sugerido el premier israelí.
La disparatada versión del revisionista Netanyahu ha sido ya rechazada por historiadores y políticos israelíes y palestinos, algunos de los cuales han llegado a señalar que dichos incongruencias no sólo pretenden trivializar sobre el Holocausto pero tendrían como objeto el caldear aun más el ambiente de confrontación entre lo más radical de la sociedad judía y el incipiente levantamiento popular palestino.
No obstante y si nos ceñimos a un absoluto rigor histórico obtendremos que la relación entre el III Reich y el sionismo en la Alemania Hitleriana, lejos del pretendido clima de persecución, era íntima.
Desde la subida al poder de Adolfo Hitler en 1933, el Nacional Socialismo apoyó al sionismo de manera significatica en el proyecto de emigración judía a Palestina. En la confluencia ideológica, ultanacionalista y un evidente entendimiento desde la perspectiva étnico/identitaria, el nazismo y el sionismo fortalecieron sus posicionamientos afines. El sionismo experimentó una importante progresión durante el nazismo. Publicaciones como el “Jüdische Rundschau” (periódico de la Federación Sionista en Alemania) incrementaron potencialmente sus ventas y la celebración en 1936 en Berlín de la Convención Sionista, dan cuenta de la expansión de la vida política de los alemanes sionistas en tiempos del III Reich.
Las SS eran particularmente entusiastas en su apoyo al sionismo. En 1934 una publicación interna de las SS recomendaba a sus miembros un apoyo incondicional y activo al Sionismo, tanto por parte del gobierno como del partido nazi, como la mejor herramienta para incitar a la emigración a Palestina de los judíos alemanes.
Leopold von Mildenstein, un importante oficial de las SS y Kurt Tuchler representante de la Federación Sionista alemana, realizaron juntos un recorrido de seis meses por Palestina para verificar el desarrollo y expansión de los asentamientos en territorio palestino. A su regreso, von Mildenstein publicó a finales de 1934 una serie de doce artículos para el importante diario berlinés Der Angriff, donde el oficial nazi expresaba su admiración por los extraordinarios logros de los colonos sionistas en Palestina. El periódico berlinés emitió un medalla conmemorativa de dicha visita en la que se exhibía en una cara la Swastika (cruz gamada nazi) y en la otra cara la estrella de David, como muestra de los estrechos lazos entre el sionismo y el nazismo.

Cruz gamada nazi

Los servicios de seguridad de Himmler (jefe de las SS y Gestapo) colaboraron con la Haganah (escuadrones paramilitares terroristas judíos en Palestina) dirigiendo la emigración judía a Palestina así como entregas secretas de armamento alemán a colonos judíos para su uso en enfrentamientos con la población árabe palestina.
En enero de 1941 otra banda criminal judía, el Lehi o Stern Gang (escisión de otro grupo paramilitar sionista, “Irgun Zvai Leumi”), comandada por Avraham Stern, sometió una propuesta formal de alianza político-militar con la Alemania nazi a través de Otto Werner von Hentig, cónsul alemán en Beirut.
Lo que resulta ciertamente paradójico es que estos grupos terroristas judíos participaran activamente en la guerra del lado alemán, cuando ya eran conocidas las deportaciones masivas de judíos de Europa central y el exterminio de judíos por parte de régimen nazi ya había dado sus primeros pasos con masivas masacres en Lituania. La explicación estaría en el hecho de que el movimiento sionista es laico/reformista (el padre del sionismo, Theodor Herlz era ateo), mientras que la mayoría de las víctimas del Holocausto eran judíos ortodoxos Jaredis opuestos al sionismo y al establecimiento del estado de Israel, por lo que muchos se negaron a participar del proyecto nazi-sionista de emigración masiva a Palestina. Hoy en día la comunidad judía Jaredí es una de las más odiadas en Israel.
Pero lo que sí se le puede achacar al Netanyahu historiador es el hecho de desconocer la misma historia del partido político en el que milita, el Likud, de este partido llegó a decir Albert Einstein (ilustre judío) en una famosa carta”… un partido político con un enorme parecido en cuanto a su organización, métodos, filosofía política y planteamientos sociales, a los partidos nazi y fascista.“
El Likud, una formación fundada bajo inspiración de uno de los padres fundacionales de la entidad sionista, Zeev Jabotinsky no deja indiferente a nadie. “Hitler Jabotinsky” como lo denominaba Ben Gurion, fue el instigador del sionismo revisionista del que surge el grupo terrorista judío de extrema derecha Irgun Zyai Leumi, tristemente célebre por sus innumerables masacres contra poblaciones palestinas en los años ´40.
Jabotinsky era un admirador de la Alemania nazi pero sobre todo de la Italia fascista, Mussolini llegó a decir de él en 1935, “…Para el éxito del sionismo, necesitais tener un estado judío con una bandera judía y una lengua judía. La persona que verdaderamente entiende eso es vuestro fascista, Jabotinsky.”
Benzion Netanyahu, padre y mentor político de Benyamin Netanyahu, fue en los años´30 secretario personal de Zeev Jabotinsky. Benzion Netanyahu pronunció en 1998 un discurso conmemorativo del 50 aniversario del nacimiento de Israel, donde elogió la figura de
Abba Achimier, (un estrecho colaborador de Jabotinsky que abrazó el Nazional Socialismo de Hitler, por “salvar a Alemania de la Guerra civil y la dictadura soviética”),el progenitor del benjamin de los Netanyahu no tuvo reparo en alabar públicamente a este sionista como su modelo político a imitar.
La palabra “Holocausto” es un término bíblico que significa “sacrificio”, ¿porqué el uso de “sacrificio” para denominar un genocidio? La respuesta según algunos investigadores residiría en que el movimiento sionista internacional habría sacrificado a los judíos europeos en el Holocausto para cumplir escrupulosamente una siniestra agenda geo-política que se granjeara simpatía, culpa y compensación financiera internacionales, con el objeto de legitimar un “Hogar Nacional Judío” en tierra árabe, un proyecto inviable sin el trasfondo victimista del Holocausto.
Netanyahu lo sabe bien, por eso su reciente intento de reescribir una historia donde su entorno más cercano jugó un papel tan vergonzante, erra al abrir la caja de Pandora de las miserias sionistas.
Alberto García Watson, Beirut

viernes, 16 de octubre de 2015

Israel y su monotemática excusa del terrorismo

Publicado originalmente con el título 

Of course, It is an Intifada: This is What You Must Know

Claro que es una Intifada: lo que hay que saber


Traducción para Rebelión de Loles Oliván.

Cuando se publicó mi libro Searching Jenin [En busca de Yenin] poco después de la masacre israelí en el campamento de refugiados de esa ciudad cisjordana en 2002, muchos medios de comunicación y algunos lectores me cuestionaron en varias ocasiones que definiese como “masacre” lo que Israel representaba como una batalla legítima contra “terroristas” del campamento. Ese cuestionamiento estaba orientado a trasladar el discurso de un debate sobre posibles crímenes de guerra a una disputa técnica sobre la utilización del lenguaje. La evidencia de las violaciones de los derechos humanos por parte de Israel les importaba bien poco.

Este reduccionismo es el que opera frecuentemente en el preludio a cualquier discusión relacionada con el llamado conflicto árabe-israelí: los acontecimientos se representan y se definen utilizando una terminología polarizada que concede escasa atención a los hechos y a los contextos y que se centra esencialmente en las percepciones y en las interpretaciones.
Por lo tanto, a esos mismos individuos también les debe importar poco que haya jóvenes palestinos, como Isra 'Abed, de 28 años, disparado en repetidas ocasiones el 9 de octubre en Afula, y Fadi Samir, de 19, asesinado por la policía israelí unos días antes, que lleven navajas para defenderse y que acaben siendo disparados por la policía israelí.

Hay quienes siempre acabarán aceptando que los hechos son los que relata el discurso oficial de Israel aun cuando haya un vídeo que arroje luz y cuestione la versión oficial israelí y revele, como en la mayoría de los casos, que los jóvenes asesinados no representaban ninguna amenaza. Isra, Fadi, y todos los demás son “terroristas” que ponen en peligro la seguridad de los ciudadanos israelíes y, por desgracia, en consecuencia, tuvieron que ser eliminados.

Esa misma lógica fue la que Israel utilizó durante el siglo pasado cuando lo que hoy se conoce como Fuerzas de Defensa israelíes operaban aún como milicias armadas y bandas organizadas en Palestina antes de que fuera limpiada étnicamente para convertirla en Israel. Desde entonces, esta lógica se ha aplicado en todos los contextos posibles en los que Israel se ha visto supuestamente obligado a utilizar la fuerza contra los “terroristas” palestinos y árabes, contra “terroristas” potenciales, y contra la “infraestructura terrorista”.

Esto nada tiene que ver con qué armas utilizan los palestinos si es que las usan. Tiene que ver con la violencia israelí sustentada en una percepción de una realidad que Israel ajusta a su medida: que es un país asediado cuya existencia está bajo amenaza constante de los palestinos, ya sea de los que resisten utilizando armas o de los niños que juegan en la playa de Gaza. Jamás en la historiografía del discurso oficial israelí se ha constatado una desviación de la norma para explicar, justificar o celebrar la muerte de decenas de miles de palestinos a lo largo de los años: los israelíes nunca tienen la culpa y jamás se apela a un contexto que explique la “violencia” palestina.

La mayor parte de los debates que se están produciendo sobre las protestas en Jerusalén, Cisjordania y últimamente en la frontera de Gaza, se centran en las prioridades israelíes y no en los derechos de los palestinos, lo que claramente supone prejuzgarlas. Una vez más, Israel habla de “disturbios” y “ataques” originados en los “territorios”, como si la prioridad fuera garantizar la seguridad de los ocupantes armados, soldados y colonos extremistas por igual. La lógica mueve a inferir que el estado opuesto a la “agitación”, el de la “calma” y el “sosiego”, solo puede descollar si millones de palestinos aceptan el sometimiento, la humillación, la ocupación, estar sitiados y, de manera habitual, ser asesinados o en algunos casos, linchados o quemados vivos por turbas de judíos israelíes, mientras apechugan con su mala suerte y siguen adelante con su existencia como si todo eso fuera normal.

Así se consigue la vuelta a la “normalidad”; obviamente a un alto precio de sangre palestina y de violencia en monopolio de Israel, cuyas acciones casi nunca se cuestionan; los palestinos pueden entonces asumir el papel de la víctima perpetua y sus amos israelíes seguir gestionando los controles militares, robando territorio y construyendo todavía más asentamientos ilegales en violación del derecho internacional. La cuestión clave en estos momentos no debe ser si algunos de los palestinos asesinados llevaban o no navajas, ni si realmente representaban una amenaza a la seguridad de los soldados y los colonos armados. Más bien, debe centrarse principalmente y en primer término en la violencia que representa la ocupación militar y los asentamientos ilegales en territorio palestino. Desde esta perspectiva, blandir una navaja es un acto irrevocable de legítima defensa; debatir sobre si la respuesta israelí a la “violencia” palestina es desproporcionada o no resulta absolutamente irrelevante.

Elucubrar con definiciones técnicas es deshumanizar la experiencia colectiva palestina. Mi respuesta a los que cuestionaron que utilizase el término “masacre” fue: “¿Cuántos palestinos tendrían que ser asesinados para que se pudiese utilizar el término masacre?” Y por lo mismo, ¿a cuántos tendrán que matar, cuántas manifestaciones tendrán que celebrarse y por cuánto tiempo para que el malestar, la agitación o los enfrentamientos de estos días entre los manifestantes palestinos y el ejército israelí se conviertan en una intifada?

Y ¿por qué debería siquiera llamarse Tercera Intifada? Mazin Qumsiyeh describe lo que está sucediendo en Palestina como la Decimocuarta Intifada. Él debe de saberlo mejor, porque es el autor de un libro excepcional, Popular Resistence in Palestine: a History of Hope and Empowerment [Resistencia Popular en Palestina: Una historia de esperanza y empoderamiento]. Sin embargo, yo sugeriría ir aún más lejos, pues si utilizamos las definiciones referenciales del discurso popular de los propios palestinos son muchas más las intifadas que se han producido. La intifadas –levantamientos– se convierten en tales cuando las comunidades palestinas se movilizan por toda Palestina unificándose más allá de las facciones y las agendas políticas para llevar a cabo una campaña sostenida de protestas, desobediencia civil y otras formas de resistencia popular.

Lo hacen cuando han llegado a un punto de ruptura y sin que el proceso se anuncie en comunicados de prensa o en conferencias televisadas sino que es tácito, y sin embargo, perpetuo.

Hay quienes, aun siendo bienintencionados, argumentan que los palestinos aún no están listos para una tercera intifada, como si los levantamientos palestinos fueran un proceso calculado que se lleva a cabo tras muchas deliberaciones y discusiones estratégicas. Nada puede estar más lejos de la realidad.

Un ejemplo es el de la Intifada de 1936 contra el colonialismo británico y sionista en Palestina. Inicialmente la organizaron los partidos árabes palestinos, que fueron sancionados en su mayoría por el propio gobierno del Mandato británico. Pero cuando los felahin, los empobrecidos campesinos sin estudios, percibieron que su liderazgo se estaba vendiendo –como es el caso en la actualidad– actuaron fuera de los límites de la política lanzando y sosteniendo una rebelión que duró tres años. En aquel momento, como siempre, l os campesinos fueron los que se llevaron la peor parte de la violencia de británicos y sionistas y cayeron en tropel. Aquellos que tuvieron la mala suerte de ser capturados fueron torturados y ejecutados: Farhan al-Sadi, Iz al-Din al-Qasam, Muhammad Yamyum, Fuad Hiyazi son algunos de los muchos líderes de esa generación.

Desde entonces ese escenario se ha repetido constantemente y con cada intifada el precio pagado en sangre es cada vez mayor. Sin embargo, es inevitable que haya más intifadas, ya duren una semana, tres o siete años, porque las injusticias colectivas que experimentan los palestinos siguen siendo el denominador común entre las sucesivas generaciones de campesinos y sus descendientes refugiados.
Lo que está ocurriendo hoy en día es una intifada a la que no hace falta ponerle número porque la movilización popular no siempre sigue la lógica ordenada que algunos requieren. La mayoría de los que están a la cabeza de la intifada actual eran niños o ni siquiera habían nacido cuando la Intifada al-Aqsa se inició en 2000; obviamente no vivían cuando estalló la Intifada de las piedras en 1987. Puede incluso que muchos ignoren los detalles de la Intifada primera de 1936. Esta generación ha crecido oprimida, confinada y subyugada, en total desacuerdo con el léxico engañoso del proceso de paz que ha prolongado una extraña paradoja entre fantasía y realidad. Protestan porque experimentan cotidianamente la humillación y porque tienen que soportar la violencia implacable de la ocupación.

Además han de soportar el sentimiento de la traición del liderazgo palestino, corrupto y vendido. Así que se rebelan e intentan movilizarse y mantener su rebelión tanto como puedan porque no tienen un horizonte de esperanza fuera de su propia acción.

No nos perdamos en los detalles de las definiciones auto-impuestas y de las cifras. Esto es una intifada palestina aunque acabe hoy. Lo que de verdad importa es qué respuesta vamos a dar a las súplicas de esta generación oprimida; ¿seguiremos otorgando más importancia a la seguridad de los ocupantes armados que a los derechos de una nación hostigada y oprimida?

Fuente: http://www.counterpunch.org/2015/10/14/of-course-it-is-an-intifada-this-is-what-you-must-know/

jueves, 15 de octubre de 2015

Miko Peled - El hijo del general sionista que desprecia la ocupación

Para que la cuña apriete, dice el refrán mexicano, tiene que ser del mismo palo. Sólo el activismo judío puede terminar con la barbarie medieval de la ocupación de Gaza, Cisjordania y de todos los territorios ilegalmente ocupados.

El hijo de un general sionista vs el Estado judío

 FUENTE 
Ángel Guerra Cabrera
E
l mundo se acuerda cada cierto tiempo de que existe Palestina, un pueblo al que le han sido negados todos los derechos, incluyendo el más sagrado de todos a una vida digna. Ocurre cuando ese pueblo se rebela contra el infierno al que fue arrojado sin compasión en 1948.
Entonces el mundo recuerda Palestina y pese a que las imágenes de despojos y asesinatos de sus hijos son cada vez más crudas, todavía muchos se conforman con el relato de los medios de comunicación hegemónicos, contradictorio con las crudas imágenes que ellos mismos presentan.
Esta complicidad mediática, fomentada por Estados Unidos y sus aliados es la que permite que un carnicero como Benjamin Netanyahu sea visto como el primer ministro dela única democracia del Medio Oriente, como suele presentarse a ese Estado colonial y canalla, que basa su existencia en el incumplimiento de los principios más elementales de la decencia y del derecho internacional mientras burla impunemente con la bendición de Washington, desde 1948, las resoluciones de la ONU y de todas sus agencias condenando sus desmanes.
Por eso Netanyahu puede responder ahora con más violencia y descarados asesinatos ante las cámaras al nuevo levantamiento de la juventud y el pueblo palestinos. Sabe que quedará impune.
Ante este diabólico cuadro es alentador que haya cada vez más voces dentro de Israel que se disponen a combatirlo y solidarizarse con los palestinos. En ocasiones, voces de personas que proceden de prominentes familias sionistas.
Es el caso de Miko Peled, cuyo abuelo, Avraham Katsnelson, fue uno de los firmantes de la Declaración de Independencia de Israel y su padre, Mattityyahu Peled, un muy destacado oficial en la guerra contra los árabes de 1948, que ya había ascendido a general de Estado Mayor para la de 1967, la que posteriormente a su ruptura con el gobierno israelí condenó en duros términos al calificar la ocupación de Gaza, Cisjordania y los altos del Golán, en Siria, como una cínica campaña de expansión territorial. El general, transformado en activista por la paz y la solución de dos estados, uno árabe y otro judío, fue rebautizado por los palestinos Abu Salam (Padre de la Paz).
Su hijo siguió los pasos de su padre e ingresó al ejército (irónicamente llamado Fuerza de Defensa de Israel), donde fue oficial de tropas especiales y ganó la boina roja, pero muy pronto lo lamentó, renunció a su rango y se hizo médico. Hasta que, indignado por la invasión israelí de Líbano en 1982, enterró en la basura su broche militar.
Miko dejó su activismo contra la ocupación y se estableció primero en Japón y luego en San Diego, California, hasta que en 1997 su vida sufriría un giro inesperado. De repente, su sobrina Smadar, de 13 años, fue muerta en un ataque suicida en Jerusalén. En el funeral de la niña, Peled ripostó las palabras que pronunció Ehud Barak, recién electo jefe de la oposición. “Esta y tragedias similares –manifestó– están ocurriendo porque nosotros estamos ocupando otra nación y, con el propósito de salvar vidas, lo que debemos hacer es poner fin a la ocupación y negociar una paz justa con nuestros socios palestinos”.
La muerte de su sobrina y la insistencia de su hermana Nurit en que ésta era una consecuencia directa de la ocupación de Palestina lo hicieron volver sus ojos al Medio Oriente y al activismo por una paz que reconozca todos los derechos palestinos, incluyendo al retorno a sus tierras y casas de los millones que fueron despojados de ellas a la fuerza por el sionismo.
Peled publicó en 2012 su libro El hijo del general, prologado por la escritora afroestadunidense Alice Walker, autora de la conmovedora novela El color púrpura. Afirma que el libro es un recuento de cómo el hijo de un general israelí y devoto sionista llegó a comprender que la historia con la que fue educado era mentira. El libro está inspirado en largas conversaciones con su madre y una investigación sobre la vida de su padre que lo llevó a sumergirse en los archivos militares israelíes.
Israel tiene dos opciones ha dicho:Continúa existiendo como Estado judío mientras controla a los palestinos a través de la fuerza militar y leyes racistas, o emprende una profunda transformación en una democracia real donde israelíes y palestinos vivan como iguales en una patria compartida. Para ambos, este paso promete un futuro brillante. Ojalá. Esta y más información sobre Peled está en Internet, sólo que no la buscamos. Aquí una muestra.
Twitter: @aguerraguerra


La calle de Jerusalén en el epicentro de la Violencia

Lamentamos mucho que en México los órganos de difusión de la comunidad judía eludan el compromiso con la imparcialidad periodística.

Afortunadamente en Estados Unidos Forward da espacio a las comunidades judías progresistas.

En este trabajo Naomi Zeveloff
nos cuenta como la calle conocida por los israelíes como Ha Gai, por los palestinos como Al Wad, y en inglés como Valley una calle comercial en la que habían convivido sin problemas judíos, árabes y cristianos se ha convertido en el epicentro de la violencia luego de que dos jóvenes palestinos, un hombre y una mujer que no llegaban a los 20 años de edad asesinaron a dos judíos.

Los jóvenes palestinos a su vez fueron asesinados e Israel está respondiendo de una manera bestial y contraria al derecho en cualquier país del mundo, ordenando la demolición de casas en las que no sólo habitaban los insurgentes, sino también familiares completamente inocentes.

No sólo eso, sino que en una estrategia prácticamente medieval, Israel se niega a devolver los cuerpos de los palestinos asesinados, ya que a su vez los entierros se convierten en actos de propaganda para denunciar que Israel ocupa ilegalmente Gaza, Cisjordania y una parte de Jerusalén que tiene interés religioso para ambos países.

Para leer el artículo original (en inglés) te invitamos a pulsar este enlace y en su caso emplear los programas de traducción automática

lunes, 12 de octubre de 2015

Proclama: Judíos Unidos contra la Ocupación a Palestina (JUCOP)

Noam Chomsky: "Si asumes que no hay esperanza, no habrá esperanza". Parafraseándolo, a  48 años de la ocupación ilegal de Israel, de Cisjordania, si los judíos no nos unimos para pedir el desalojo no sólo se corre el riesgo de que continúen ad nauseam los crímenes contra niños, sino que desaparezcan juntos Israel y Palestina, consumido por las llamas que enciende la ignorancia y el fanatismo.

Edgar Morin, héroe de la resistencia francesa, renunció al apellido judío Nahum al percibir que se reproducían los estereotipos nazis ahora en nombre de la religión oficial hebrea
May Samra
Directora de Enlace Judío

Señora Directora:

Respetuosamente solicitamos oportunidad y espacio en su prestigiado medio, para publicar este llamamiento que representa el sentir de un grupo importante de la comunidad intelectual judía en la Ciudad de México


Por Joseph Saba

Cada vez que una empresa fabricante de alimentos quiere vender a la comunidad judía ortodoxa tiene que pagar porque le otorguen un certificado kosher, lo que garantiza higiene y que no haya ingredientes prohibidos.

Eso está muy bien.

El problema es que el dinero que obtienen los rabinos es utilizado en gran parte para financiar al ejército invasor en territorios ocupados en contra del derecho internacional.

La campaña de Boicot y Desinversión no está ayudando casi nada a evitar los crímenes de Israel, pero las grandes empresas transnacionales, refresqueras y de alimentos procesados pagan millones de dólares por la certificación Kosher.

De ahí la propuesta para que prescindamos de productos que llevan la certificación Kosher, a menos que las empresas hagan un compromiso de que el dinero que pagan por la certificación no está sirviendo para asesinar niños palestinos.

La ocupación de territorios no sólo está impidiendo el derecho a la existencia de Palestina, sino que va en contra de Israel al mantener improductivos terrenos que deben servir para la explotación del olivo y de otros cultivos.

En los territorios ocupados Israel afecta la ecología, deforesta el planeta, aviva el odio racial, cancela el futuro de muchas familias asesinando niños y alienta la práctica de la ideología de exterminio nazi practicada por supuestos ortodoxos cuyo nivel de imbecilidad es sólo comparable con los miembros del Estado Islámico que decapitan cristianos.

Por lo anterior:

Convocamos a los cineastas, escritores, politólogos, linguistas, líderes religiosos, comunicadores, periodistas, diseñadores gráficos y comunidad  progresista judía en general, a la formación de JUCOP Judíos contra la Ocupación de Palestina.


JUCOP será una organización horizontal, con vocación pacifista y ecologista. No aceptamos llamados al odio, no toleramos la intolerancia.

Buscamos comunicarnos particularmente a través de las imágenes, en video, caricatura, fotografía y todo material que a golpe de vista nos haga conocer la situación de abuso de fuerza y autoridad que representa la ocupación de territorios.

Hacemos un llamado especial a los Noam Chomsky y Edgar Morin (Nahum) quienes se han distinguido como judíos universales, pacifistas y optimistas y les pedimos su autorización para que sean el emblema de nuestra causa.

Albert Einstein, quien se negó a ser presidente de Israel y se resistió al uso de la bomba nuclear, Espinoza, Hanna Arentz, quien advirtió la  indulgencia  de dirigentes sionistas con los nazis, Walter Benjamin, quien se suicidó al pensar que era imposible huir de los nazis, son algunos de los filósofos judíos que inspiran nuestra organización. Por cierto a Benjamin, de acuerdo a la tradición judía más conservadora tendría que ser enterrado aparte por haber terminado su vida de propia mano, en lugar de dejarse convertir en jabón en los campos de concentración.
Hanna Arends, advirtió indulgencia de dirigentes sionistas con los nazis
Albert Einstein, se negó a ser presidente de Israel


Walter Benjamin


Solicitamos a todos los que quieran formar parte de nuestro movimiento inscribirse gratuita y anónimamente al correo electrónico paradigmatv@terra.com.mx porque eso es lo que queremos, cambiar el Paradigma Israel sólo tiene derecho a existir, si existe Palestina.

Mónica Lewinsky abrió la boca a Bill Clinton fortaleció a los Republicanos y 100 mil iraquíes perdieron la vida, cientos de miles más quedaron mutilados gracias a que el poder fue ocupado por los Bush y no por el ambientalista Al Gore. Es oportuno tenerlo en mente ante crímenes de Israel en territorios ocupados.

Si los Republicanos recuperan la presidencia de Estados Unidos, las posibilidades de una Palestina libre e independiente se reducirán y aumentarán los crímenes de guerra.

Gran parte de la población judía en Israel, padece de ceguera por tener el problema montado en las narices. Quienes nos asumimos judíos en el extranjero, quienes estamos inspirados en Albert Einstein (que se negó a ser presidente de Israel y asumió los riesgos de la bomba nuclear)

Únete a JUCOP, una organización colectiva sin líderes y con la fuerza de muchos

Cordialmente
Joseph Saba


martes, 4 de agosto de 2015

Llamado del Partido Comunista de Israel contra el terrorismo mesiánico

Partido Comunista de Israel (PCI):

La provocación fascista nos amenaza a todos

Todos recordamos las fuertes palabras del pastor Martin Niemöller en
contra de los crímenes de guerra Nazis:

Primero vinieron por los comunistas y yo no dije nada porque yo no era
comunista. Luego vinieron por los socialistas y no dije nada porque yo
no era socialista. Entonces vinieron por los sindicalistas y no dije
nada, pues no era sindicalista. Luego vinieron por los judíos y no
dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron por mí y no quedaba nadie
que dijera algo por mí.

En Israel primero deportaron, mataron, oprimieron y excluyeron a los
palestinos y destruyeron sus aldeas y pueblos, es decir, la infame
Nakba; luego excluyeron a los judíos orientales; en 1967 ocuparon y
aterrorizaron aún a más palestinos; después persiguieron a los
solicitantes de asilo, discriminaron a los judíos etíopes y hostigaron
a la comunidad LGTB.   Depende de nosotros -comunistas judíos y
árabes- hablar por todos aquellos que  son oprimidos, discriminados,
hostigados y asesinados.

El PCI considera que ninguno de los dos más recientes ataques
terroristas -el Desfile del Orgullo Gay ni el de la familia palestina
de Daobasa en la aldea ocupada de Douma cerca de Nablus- fue un crimen
aislado o excepcional. Ambos parecen Ambos están estrechamente
vinculados con las conitnuas provocaciones de la derecha israeli
right, principalmente del recelo del gobierno de Netanyahu contra
cualquier cosa diferente de su propia naturaleza fascista, racista y
extremista.

El PCI condena enérgica y decisivamente esos actos terroristas y, como
ya se dijo, los considera una consecuencia de las crecientes y
salvajes provocaciones de organizaciones racistas, como  Lehava
("Organización para la Prevención de la Asimilación en la Tierra
Santa"), y el propio gobierno de Netanyahu.

Es claro como el cristal que el devastador ataque contra la familia
Daobasa -el asesinato del bebé de 18 meses Ali Saad y las serias
lesiones del padre  Sa'ad, la madre Reham y el hermano de 4 años
Ahmed- es otra carnicería en un vasto oceano de matanzas cuya
responsabilidad recae principalmente en la ocupación israelí. El
asesinato de Shira Banki de 16 años en el Desfile del Orgullo Gay y
las lesiones a otros cinco deben entenderse también en el contexto más
amplio de la Ocupación: en esencia, es la inhumana ocupación la que ha
convertido a la israelí en una sociedad ultra-violenta, viciosa y chovinista.

El PCI alerta sobre una mayor escalada de crímenes de odio y racismo
de la extrema derecha -una escalada que se manifestó en un ataque sin
precedente a toda el espacio democrático y goza del apoyo del mismo
gobierno israelí así como de la aquiescencia de otras autoridades jurídicas.

Llamamos a todos los grupos democráticos a unir fuerzas contra la
amenaza fascista y por la defensa de los valores democráticos, de paz
e igualdad para todos, sin distinción de credo, raza, color,
nacionalidad, sexo, género, orientación sexual, etc.

lunes, 3 de agosto de 2015

Rabinos y jeques palestinos rezan juntos contra la ola de violencia

Publicado originalmente en México por Enlace Judío

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ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Anteel calor sofocante de la tarde del domingo y el ambiente amargo de los últimos días, unas 150 personas se reunieron en la zona de Gush Etzion para condenar el ataque a la casa de la familia Dawabsha en la aldeapalestina de Duma el viernes por la madrugada.
Por Jeremy Sharon
En un evento patrocinado por Shorashim, una organización para la coexistencia de judíos y árabes, rabinos y palestinos activistas por la paz unieron sus plegarias y mostraron solidaridad contra la violencia.
El grupo estaba compuesto por israelíes, incluyendo a muchos residentes de los asentamientos. Varios rabinos reconocidos tomaron la palabraasí como el líder de Yesh Atid Yair Lapid, el jeque Ibrahim Abu El-Hawa y Ziad Sabateen, dosresidentes palestinos, activistas por la paz.
Los oradores hablaron en contra de la violencia, deploraron el uso del nombre de Dios para justificar el asesinato y exigieron que los perpetradores del ataque sean llevados ante la justicia.
La Rabanit Hadassah Froman, esposa del difunto rabino y abogado Menachem Froman, recordó a los presentes el dolor que se sentía en todo Israel el verano pasado por el secuestro y asesinato de los tres adolescentes, Naftali Fraenkel, Gil-Ad Shaer y Eyal Yifrah, en ese mismo lugar.
“La muerte sólo trae más muerte y el derramamiento de sangre lleva al exilio,”señaló Froman. “Para merecer vivir en este país debemos elegir por la vida y ver la chispa de D-os en cada ser humano. Debemos eliminar las barreras entre nosotros y crear un puente, porque todo es posible pero depende de nosotros.”
Lapid habló breve pero apasionadamente contra el asesinato e instó a castigar aaquellos que incitan a la violencia.
Quemar a un niño eel mal supremo y no callaremos ante él,” dijo el presidentede Yesh Atid.
“Dios nunca permitirá el asesinato del niño, ningún D-os apoya la matanza ylucharemos contra de esta idea.”
Tras el evento, Lapid criticó el fracaso de los servicios de seguridad en la investigación y el arresto de los rabinos que incitan a la violencia, considerándolouno de los principales problemas en la lucha contra el extremismo judío.
Existe una infraestructura rabínica detrás de este fenómeno, y el trabajo del Shin Bet no es tan complicado,” dijo Lapid. “Ellos tienen que estar presentes en las sinagogas, y cualquier rabino que incite debe ser detenido, investigado y castigado. El hecho de que esto no se haya puesto en práctica hasta ahora es parte del problema. Tenemos que lidiar con este tipo de violencia que conduce al asesinato.”
Lapid añadió que parte de la razones por lo que esto no se ha llevado a cabo hasta ahora es porque creíamos que los judíos no harían estos actos pero desde el caso de Baruj Goldstein [quien mató a 29 fieles musulmanes e hirió a otro 125 en la Cueva de los Patriarcas en 1994] deberíamos haber reflexionado.
El Rabino Yaakov Medan, uno de los dirigentes de la Yeshiva Har Etzion en Alon Shvut, condenó el ataque y dijo que todos los reunidos se identificaban con el dolor de los familiares de la familia Dawabsha.
Medan exigió que cualquier persona con información sobre los atacantes o que sospeche de alguien informase a la policía.
Sin embargo, insistió en que los que perpetraron el ataque contra la familia Dawabsha pertenecen a “los márgenes de nuestra sociedad”, y dijo que en contraste, muchos palestinos apoyan actos de terror contra los israelíes.
El jeque Ibrahim Abu El-Hawa, un residente de Gush Etzion y activista por la paz,agradeció la presencia de los asistentes y habló de la importancia de la coexistencia entre judíos y árabes.
“Si esta es la tierra de Dios, entonces todos somos huéspedes aquí y tenemos que vivir con amor y paz”, apuntó.
“Dios los ha traído a esta reunión para mostrar al mundo que todos somos uno, ladescendencia de Abraham y los hijos de un sólo Dios. Compartan desde tucorazón, ama a tu prójimo como a ti mismo, este eel mandamiento. Todos somos uno, tenemos dos madres pero debemos amarnos unos a los otros.”
El rabino Aviah Hacohen, educador en una yeshiva de la comunidad de Tecoa,criticó fuertemente a los rabinos, dando a entender que ellos son los responsables de la incitación contra la población palestina.
“Los rabinos que no hablan en contra de este incidente debe ser denunciados, no debe haber lugar para ellos en las sinagogas o salas de estudio,” afirmó.
Hacohen se refirió al rabino Dov Lior, líder de la ala conservadora de la comunidad religiosa nacionalista y el movimiento de los colonos, y al rabino Yitzhak Ginsburg, conocida figura radical conocido y presidente de la Yeshiva Od Yosef Chai en el asentamiento de Yitzhar.
Al final del evento, el rabino Hanan Schlesinger, director de relaciones internacionales de Shorashim, leyó una declaración emitida por rabinos y otros líderes asociados con la organización y el evento solidario.
Expresamos nuestra tristeza y enojo por este crimen y nos sentimosavergonzados. Los asesinos han hecho un daño irreparable a las víctimas así como al pueblo palestino, y al mismo tiempo han cometido un acto pecaminoso y vergonzoso contra D-os, contra la Torá, y contra de los judíos de esta tierra.”
Mediante la declaración, los rabinos exigen que los responsables sean llevados ante la justicia y castigados con todo el rigor de la ley, evitando así que se repitan sus malas obras.”
Fuente: The Jerusalem Post
Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico

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