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martes, 3 de marzo de 2015

Rezando contra el chantaje israelí a Estados Unidos

La enorme influencia del lobby israelí en la política exterior estadounidenseEE.UU ; Diez razones para rezar por el declive de la AIPAC

Medea Benjamin 


 Como judía seglar, no rezo demasiado. Pero esta semana, con el lobby
israelí AIPAC (American Israel Public Affairs Committee) celebrando su
convención anual en Washington D.C., estoy rezando para que este año
marque el principio del fin de su control sobre la política exterior
de EE.UU.

Entre el 1 y el 3 de marzo, más de 10.000 simpatizantes de la
AIPAC se presentarán en la capital del país. El encuentro llega en un
momento en el que la relación entre el presidente Barack Obama y el
primer ministro israelí Benjamin Netanyahu toca su punto más bajo. La
invitación del presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., el
congresista republicano John Boehner, a Netanyahu para pronunciar un
discurso en una sesión conjunta del Congreso, inmediatamente después
de participar en la conferencia de la AIPAC, es vista por la Casa
Blanca como un intento directo de debilitar al presidente y socavar
las conversaciones con Irán sobre su programa nuclear.

En una acción
sin precedentes, 50 valientes congresistas han decidido saltarse el
discurso de Netanyahu en el Congreso.

El apoyo de la AIPAC al primer ministro israelí pasando por encima del
presidente estadounidense está convirtiéndola en un lobby a favor de
los republicanos, lo cual, con un poco de suerte, podría resultar
fatal para su influencia futura en Washington. 

He aquí diez razones
por las que esto podría ser bueno para la paz mundial:

1. La AIPAC quiere sabotear las conversaciones con Irán sobre su
programa nuclear. La AIPAC –como el gobierno israelí– no tiene ninguna
fe en las complejas negociaciones que están teniendo lugar entre Irán
y EE.UU. (junto con sus cinco socios) para impedir que Irán consiga
armas nucleares. Quiere que se impongan mayores sanciones a Irán
sabiendo que –como dijo el secretario de Estado, John Kerry– esas
nuevas sanciones pondrían en peligro la vía diplomática. La AIPAC, que
ejerció una influencia determinante en la imposición de durísimas
sanciones económicas a Irán por parte de EE.UU. en el pasado, está
ignorando las advertencias de la Casa Blanca y durante su reunión de
este año presionará a favor del proyecto de ley Kirk-Menéndez , que
Obama ha prometido vetar. Si las conversaciones sobre el programa
nuclear fracasan, la violencia que azota Medio Oriente aumentará y
arrastrará a EE.UU. por la peligrosa pendiente de la guerra. 

 2. La AIPAC promueve los asentamientos israelíes en contra del derecho
internacional. Durante el pasado año se alcanzó la cifra más alta de
israelíes viviendo en asentamientos ilegales, aproximadamente 350.000.
A pesar de que el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas
reclamó la retirada de todos los asentamientos en Cisjordania y su
suspensión sin condiciones, la construcción de éstos ha aumentado en
un 40% bajo el primer ministro Netanyahu. Los asentamientos israelíes
violan la Convención de Ginebra y pueden ser investigados por la Corte
Penal Internacional como "violaciones manifiestas de las normas
internacionales de los derechos humanos y violaciones graves del
derecho internacional humanitario". No es de extrañar que la AIPAC no
quiera que Palestina sea miembro de la CPI ... 

 3. La AIPAC apoya las terribles invasiones y el asedio a Gaza.
Aduciendo que Israel estaba obligado a defenderse de Hamás, la AIPAC
apoyó la ofensiva israelí denominada "Operación Borde Protector"
durante el verano de 2004. El ataque provocó miles de muertos (entre
ellos más de 500 niños), redujo a escombros 6 escuelas y hospitales de
la Naciones Unidas, destruyó 18.000 viviendas y desplazó a 108.000
personas de sus hogares. Robert Cohen, el presidente de la AIPAC,
justificó la ofensiva israelí en una reunión del Congreso el 23 de
julio. La AIPAC también había apoyado las dos invasiones anteriores de
Gaza y el bloqueo que ha sumido a 1,8 millones de gazatíes en la
pobreza y la miseria.

 4. La llamada de la AIPAC a apoyar incondicionalmente al Gobierno
israelí amenaza nuestra seguridad nacional. El apoyo unilateral de
EE.UU. a Israel, exigido por la AIPAC, ha reforzado de manera
significativa el sentimiento antiestadounidense en todo Oriente Medio,
sembrando las semillas de posibles nuevos ataques terroristas contra
nosotros. El prestigioso general caído en desgracia, David Petraeus,
admitió que el conflicto israelí-palestino "fomenta el sentimiento
antiestadounidense debido a una percepción de favoritismo de EE.UU.
hacia Israel". Irán, por ejemplo, podría convertirse en un aliado
fundamental de EE.UU. en Oriente Medio en la lucha contra el EI. Sin
embargo, debido al odio de Israel a Irán y a la enorme influencia
(léase, dinero) que ejerce sobre nuestros políticos, nuestra política
exterior refleja mejor los intereses de Israel que los nuestros. 

5. La AIPAC convierte a EE.UU. en un paria dentro de las Naciones
Unidas. La AIPAC describe a las Naciones Unidas como un organismo
hostil al estado de Israel y ha presionado al Gobierno estadounidense
para que se oponga a aquellas resoluciones que comprometan a Israel.
Desde 1972, EE.UU. ha vetado al menos 45 resoluciones del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas condenando los actos de violencia de
Israel contra Palestina. En 2011, la AIPAC ayudó a convencer a 446
miembros del Congreso para copatrocinar resoluciones en contra de la
petición de Palestina de obtener el estatus de Estado observador de
las Naciones Unidas. Haciendo caso omiso de las objeciones de EE.UU (y
de la AIPAC), en 2012 la Asamblea General de las Naciones Unidas
aprobó una moción que reconocía a Palestina como "Estado observador no
miembro" con 138 votos a favor y 9 en contra. Más recientemente, en
respuesta a la solicitud de Palestina de formar parte de la Corte
Penal Internacional (CPI), la AIPAC ha estado presionando a la
administración Obama para que retirara su apoyo financiero a la
Autoridad Palestina. A pesar de la oposición estadounidense, el
Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, confirmó la
adhesión de Palestina a la CPI a partir del 1 de abril de 2015, un
movimiento muy controvertido que permitirá a Palestina presentar
demandas por crímenes de guerra contra Israel.

 6. La AIPAC facilita a los funcionarios del gobierno estadounidense
una visión distorsionada sobre el conflicto israelí-palestino. La
AIPAC ofrece a los representantes estadounidenses golosos viajes a
Israel, viajes que son prácticamente obligatorios para todos los
nuevos miembros del Congreso. La AIPAC regala a los congresistas –y a
muchas de sus esposas– viajes pagados a Israel para que vean
precisamente lo que Israel quiere que vean. Es ilegal que los lobbies
se lleven de viaje a los congresistas, pero la AIPAC elude la ley
recurriendo a una falsa fundación educativa, la AIEF (American Israel
Education Foundation), que es la que se encarga de "organizar" los
viajes. Las oficinas y el personal de la AIEF son los mismos que los
de la AIPAC. Estos viajes consolidan los vínculos entre la AIPAC y el
Congreso, sobre el que la primera ejerce una influencia indebida.

Para comprobar que la AIPAC tiene en el bolsillo a la mayoría del
Congreso solo hace falta fijarse en cómo alardea de su conferencia
política, en la cual "participarán más miembros del Congreso que en
ningún otro acto, salvo una sesión conjunta del Congreso o un discurso
sobre el Estado de la Unión". 

7. La AIPAC ataca a los políticos que cuestionan el apoyo
incondicional a Israel. La AIPAC exige que el Congreso dé el visto
bueno a la legislación elaborada por su propio personal. Además lleva
un registro de las votaciones de los miembros del Congreso, que sirve
a los donantes para hacer aportaciones a los políticos que votan bien,
en tanto que los miembros del Congreso que no apoyan la legislación
propuesta por la AIPAC corren el riesgo de no ser reelegidos. Es lo
que les sucedió a los senadores Adlai Stevenson III y Charles H.
Percy, y a los representantes Paul Findley, Pete McCloskey, Cynthia
McKinney y Earl F. Hilliard. Recientemente muchos demócratas que han
hecho pública su negativa de asistir al discurso de Netanyahu en marzo
han sido el blanco directo de los partidarios de la AIPAC. El
representante del magnate del juego Sheldon Adelson dijo que " si
estos demócratas prefieren poner la política partidista por delante de
los principios y dejar plantado al primer ministro de Israel, entonces
tenemos la obligación de decirlo" . Quienes desde la derecha apoyan a
Adelson y Netanyahu prometen emplear su riqueza y sus enormes recursos
para castigar a los demócratas que se salten el discurso. 

 8. La AIPAC intenta silenciar las críticas a Israel tildando a los
críticos de "antisemitas", "deslegitimadores" o "judíos que se odian a
sí mismos". Periodistas, think tanks, estudiantes y profesores han
sido acusados de antisemitismo por el mero hecho de mantener
posiciones críticas hacia las políticas del Gobierno israelí. Estos
ataques ahogan las discusiones y debates críticos que constituyen la
esencia de la política democrática. 

 9. La AIPAC presiona para que miles de millones de dólares de los
contribuyentes estadounidenses vayan a Israel en vez de a la
reconstrucción de EE.UU. Mientras las comunidades de todo el país
recortan drásticamente los presupuestos del profesorado, los bomberos
y la policía, la AIPAC presiona para conseguir más de 3.000 millones
de dólares para Israel. Este dinero va a parar a manos del ejército
israelí para mantener a la última el régimen de apartheid que oprime a
los palestinos. 

 10. El dinero para Israel sale de los fondos de ayuda a los pobres del
mundo. Israel ocupa el puesto 24 entre las economías más grandes del
mundo, pero gracias a la AIPAC, consigue más dólares de los
contribuyentes estadounidenses que ningún otro país. En un momento en
el que el presupuesto para la ayuda exterior está siendo recortado, el
que Israel siga acaparando la mayor parte de la ayuda exterior
significa que se están deduciendo fondos de programas que son
esenciales para proporcionar alimentos, alojamiento y ayuda de
emergencia a las poblaciones más pobres del mundo.

El resultado final es que la AIPAC, que es un agente de facto de un
gobierno extranjero, influye en la política estadounidense de manera
absolutamente desproporcionada en comparación con el número de
estadounidenses que apoyan sus políticas. Cuando un pequeño grupo como
este tiene un poder desproporcionado perjudica a todo el mundo,
incluyendo a los israelíes y a los judíos estadounidenses.

Tanto si hablamos de impedir una guerra catastrófica con Irán como de
solucionar finalmente el conflicto israelí-palestino, un punto de
partida obligatorio es acabar con el control de la AIPAC sobre la
política estadounidense. Ese es el motivo por el que estoy rezando
estos días, para que el desaire al presidente Obama y la ofensa a los
congresistas demócratas lleven a la AIPAC hacia su propia desaparición.

Medea Benjamin es cofundadora de Global Exchange y CODEPINK: Women for
Peace, y la autora de Drone Warfare: Killing by Remote Control. Entre
sus libros anteriores se encuentran Don’t Be Afraid Gringo: A Honduran
Woman Speaks from the Heart , y Stop the Next War Now (Inner Ocean
Action Guide) (con Jodie Evans) .

tomado de Common Dreams
Traducido del inglés para Rebelión por Sara Plaza

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