Israel: Netanyahu recibe una doble bofetada por Michel Warschawski
por Michel Warschawski
Benjamín Netanyahu ha recibido este fin de año 2016 una doble
bofetada, a cual más sonora: la primera ha sido la abstención de
Estados Unidos en la votación del Consejo de Seguridad de la ONU que
denuncia la colonización judía en Cisjordania; se trata de un
notición, porque desde 1983 Estados Unidos siempre ha utilizado su
derecho de veto para hacer fracasar toda iniciativa que denuncie la
política israelí. La segunda bofetada ha sido la declaración política
del Secretario de Estado John Kerry que critica en términos
extremadamente firmes la política israelí de ocupación colonial y pone
en guardia sobre sus implicaciones a largo plazo para el futuro de Israel.
Han sido necesarios 8 años para que la administración Obama diga
públicamente lo que piensa de Netanyahu y de su política. Un poco
tarde, se dirá, demasiado tarde incluso para hacer pagar al Primer
Ministro israelí las innumerables humillaciones de que ha sido objeto
el Presidente estadounidense.
Los dirigentes israelíes se consuelan diciendo que “Obama es el
pasado”, y que en quince de días va a ser el amigo Trump quien tome
las riendas de la Administración. Decir que este último y Netanyahu
tienen muchas cosas en común es decir poco: ideología de extrema
derecha, racismo, islamofobia, arrogancia, vulgaridad. Pero pasar de
ahí a apostar todo por el Presidente electo, sería un grave error:
Donald Trump no solo es totalmente impredecible, sin política exterior
coherente y ha dicho de todo y lo contrario sino que, sobre todo, es
más independiente de los diferentes lobbies proisraelíes que todos sus
predecesores, republicanos o demócratas, durante los últimos 4 decenios.
Si yo fuera Netanyahu, sería mucho más prudente sobre el futuro de las
relaciones con la nueva Administración americana, aunque Trump haya
elegido como embajador en Tel Aviv a un judío de extrema derecha y
vinculado a los colonos israelíes, e incluso si ha prometido -como
muchos de sus predecesores, por otra parte- transferir la embajada de
Estados Unidos a Jerusalén. A medio plazo, se puede imaginar
fácilmente una alianza entre el nuevo Presidente y los rusos, cuyos
platos rotos pagaría Israel. Por no hablar del entorno antisemita de
Trump, que se ha mostrado sin tapujos en sus mítines electorales….
El voto en el Consejo de Seguridad ha hecho descontrolarse al Primer
Ministro israelí: ha convocado a varios embajadores para echarles una
reprimenda como si fueran escolares, ha declarado que Nueva Zelanda,
cuyo representante presidía la sesión del Consejo de Seguridad, había
declarado la guerra (sic) a Israel y ha anunciado que interrumpía la
cooperación con… Senegal. Como siempre, muy valiente con los débiles,
pero guardándose bien de tomar medidas contra Estados más poderosos
como Gran Bretaña que, sin embargo, ha estado muy activa en la
redacción de la resolución.
Se dirá que la resolución del Consejo de Seguridad sobre la ilegalidad
de la colonización no tiene implicaciones prácticas y que va incluso a
provocar al gobierno de extrema derecha a ampliar de forma inmediata
la construcción en las colonias. Cierto. Pero sería erróneo quedarse
ahí: la resolución del Consejo de Seguridad marca un consenso
internacional contra la ocupación colonial de Cisjordania, cerca de
medio siglo después de la conquista de 1967. Es un signo que no
debería escaparse a quienes hablan de la “irreversibilidad de la
ocupación”. Mientras los palestinos no bajen los brazos, Israel estará
cada vez más aislada en sus decisiones coloniales, a contracorriente
del conjunto de la comunidad internacional. La campaña de las
sanciones -BDS- toma por ello más actualidad y pertinencia.
Excelente artículo.
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